Ya que mi mamá y mi papá se separaron me dijo mi mamá con cara de tristeza
-Hija, lo siento pero tú papá ganó tu custodia así que te tendrás que ir con él-decía mi mamá a punto de llorar
-Mamá no llores por favor-le decía
-Sí, claro Sabrina-decía mi mamá
-Te vas mañana-me decía
-¿¡Qué!? Tan pronto-le decía
-Sí, lo sé ya conoces a tu padre-me decía triste
-mmm… bueno-le decía
-Será mejor que vayas empacando-me decía
-Sí será mejor-le decía
Al día siguiente
Mi papá venía muy entusiasmado a recogerme iba de traje (a él le gustan mucho los trajes)
-Bueno, adiós mamá-le decía
-Adiós, Sabrina- me decía llorando
-Mamá no llores-le decía
-Vamos, Sabrina a la casa-me decía mi papá
-Sí- le decía con un tono triste
Llegábamos a la casa debo de decir que no era tan grande como la de mi mamá y también veía un gran globo diciendo Bienvenida. Mi papá me había dicho que fuera a cenar porque tenía algo muy importante que decirme.
-Sabrina, me voy a casar- decía nervioso
-¡’Me alegro mucho!-le decía
En verdad cuándo me dijo eso quería que me tragase el suelo, sabía que ibas a ser feliz pero eso significaría hermanastra o hermanastro
-Mañana vendrán a comer-decía mi papá
-Genial-le decía en tono sarcástico
-Vamos te encantará es muy buena persona-me decía
-Ok-le decía
La verdad no me imaginaba a nadie más que a mi mamá a su lado y también me aterraba la idea de tener una madrastra.
-Bueno, me voy a mi cuarto a dormir que mañana hay escuela-le decía
-¿Escuela?, mañana es Sábado-me decía
-Sí, cierto –le decía
Hay no me había pasado toda la semana con lo de mi mamá y mi papá, lo de la chihuahua y lo de María que se me había olvidado lo del baile para la siguiente semana, tenía que hacer planes y todo eso y todavía no había encontrado ¡pareja! Hay no todo era un gran caos, Bueno será mejor que me duerma me decía para mis adentros
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