Ya eran las doce de la mañana mi papá y yo estábamos esperando a mi futura madrastra y a María, todavía no me podía creer que ella y yo íbamos a ser hermanastras y lo peor es que todavía viviría con migo y en eso suena el timbre.
-La hermanastra malvada llego-le decía a mi papá
-Hay claro que no es mala es una niña buena-me decía
-Si tú supieras todo lo que me ha hecho-decía en un murmullo
-¿Qué dijiste? Me decía
-Nada-le decía
-¡Hola!- decía mi futura madrastra y María
-¡Hola!-le contestábamos mi papá y yo
-Sabrina, ¿puedes enseñarme mi cuarto?-decía María
-Sí, claro-le decía
Subíamos las escaleras y entrábamos en un cuarto de color morado y me decía
-Sabrina, mira yo se que a ti no te caigo bien y tú me caes bien a mí pero hay que hacer algo para que no se casen-decía María
-Mira, María yo tampoco quiero que seas mi hermanastra pero sí mi papá es feliz yo soy feliz- le decía
-Hay, puras cursiladas dices, aunque tú no participes en el plan lo haré yo sola e incluso haré hasta lo imposible-me decía
-Mira, tú no vas a interferir para que no se casen porque si no lo vas a hacer encima de mi cadáver- le decía
-Mira niñata tú no me levantas la voz ¿sí?-me decía
En eso escuchaba unos pasos y para que no vieran que estábamos pelando yo la abrase, aunque ella no se dejaba, lo hacía porque si veían que nos peleábamos no iba a resultar su matrimonio y María sabía que si nos veían peleando no iba resultarlo
-¿Están bien?- decía mi papá
-Sí, papá maravilloso-le decía
Por suerte la había abrazado en el último instante
-Eres buena, pero no tanto como yo, puede que en esta primera ronda hayas ganado pero la siguiente no- me decía
-María, te juro que van a celebrar su boda dentro de una semana y tú no lo impedirás-le decía
-Mira quién habla la que no tiene pareja para el baile-le decía
En eso me iba de la habitación porque ya no soportaba estar con ella así que me fui a mi cuarto a cantar y a tocar la guitarra.
-¡Niñas a comer!-nos decía papá
Había perdido la noción de él tiempo cuándo vi ya eran ¡las ocho!
-¡Ya voy!-le decía
Cuando vi estaban todos sentados comiendo y solo faltaba yo
-Bueno Sabrina, cuéntame más de ti-me decía mi madrastra
-Pues toco la guitarra, piano y canto, ahora estoy con un nuevo proyecto- le decía
-Ah, eso es fabuloso- me decía
-Sí- asentí
-¿Oye, tú también fuiste nominada para la reina del baile no?- me preguntaba
-Sí, salí nominada con su hija-le decía
-No me habías contado de que te habían nominado en la escuela-me decía mi papa.
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